Blockchain en Educación: todo lo que debes saber y posibles aplicaciones

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En pleno 2019, es muy raro no encontrarse con alguien que no haya oído hablar del fenómeno Bitcoin, junto con conceptos como Blockchain (BC), criptomonedas o criptoactivos. Y es que no son definiciones fantasiosas ni ilusorias: plantan la semilla de una nueva realidad, como es la información al alcance de todos, donde cada uno puede obtener y entregar conocimiento.

En este artículo veremos qué es el Blockchain en educación: definición, características, y posibles aplicaciones en las aulas.

¡Comencemos!

¿Qué es el Blockchain (o cadena de bloques)?

Para explicar cómodamente este concepto, nos transportaremos al año 2009: un japonés llamado Satoshi Nakamoto crea una forma de hacer transferencias de dinero online sin intermediarios. Nació pues, la primera moneda digital, el Bitcoin.

Esta criptomoneda funciona de la siguiente manera: el dueño de una de estas monedas virtuales, a la hora de realizar una transacción online, comunica a una comunidad que pretende realizar un movimiento. Esta comunidad, compuesta por nodos (ordenadores conectados a una red a nivel mundial), audita la transacción, verificando que en efecto el sujeto tiene fondos para realizarla, y la preparada creando un bloque para ello.

La transacción se realiza en forma de bloque, el cual se une a una cadena organizada, de tal forma que, una vez que ese bloque se une, ya no se permite la modificación o supresión de tal bloque. El sistema Blockchain, entendido de esta manera, es capaz de funcionar como un libro mayor contable a nivel mundial, de tal forma que cada uno de los nodos conectados guarda la información de todas y cada una de las transacciones generadas en este sistema.

El punto aquí, la clave, es entender que el sistema facilita la información, haciendo que cualquier usuario pueda averiguar todas las transacciones y movimientos generados por usuarios, eso sí, anónimos, para proteger la privacidad de las personas, una necesidad más que obvia, y hoy más necesaria que nunca.

En este ámbito una de las empresas más destacadas en la actualidad es Minercan, especialistas en privacidad y anonimato en transacciones con bitcoin y criptomonedas.

Ya entendido este concepto, sigamos con Blockchain en educación.

Características de Blockchain

Aquí veremos las cuatro características más evidentes del sistema de cadenas de bloques:

- Inalterabilidad de las transacciones: cuando un bloque de información se une a una cadena, es imposible modificar o eleminar el mismo, ya forma parte de algo más grande que él.

- Distribución en los nodos: todos los usuarios, cuando actúan en forma de nodos dentro de sistema, guardan información de cada transacción.

- Descentralización de la información: al contrario de los sistemas centralizados, en los que la información surge de un solo sitio hacia el exterior, el Blockchain promueve un sistema descentralizado, en el que todos los usuarios pueden colaborar, aportando nuevas transacciones o auditando las que se realizan.

- ¿Quién realizó este movimiento? No se sabe, pues una de las principales ventajas (y a la vez, objeto de reticencia por parte de algunas personas), es la virtud de anonimato del usuario.

¿Por qué Blockchain en educación? ¿Qué tiene que ver una cosa con otra?

Muy sencillo: la cadena de bloques podría extrapolarse a muchos ámbitos, sobre todo los que necesitan de un intermediario.

El ejemplo más fácil es a la hora de hacer una transferencia de dinero: puedes enviar fondos de A a B, y los nodos se pondrán a construir el bloque que haga posible la inscripción de esa transferencia en el sistema. Y todo sin intermediarios, al contrario de lo tradicional, que el banco o una entidad dineraria se encarga de realizar la transacción, quedándose con una comisión más o menos jugosa.

Llegando a lo que nos interesa: esta forma de entender la cadena de bloques en  educación, podría integrarse de múltiples formas, a saber:

  • Sistemas de evaluación: sabemos que los profesores llevan mucha carga de trabajo a diario. El Blockchain podría funcionar perfectamente en este ámbito, haciendo que las notas que suban de sus alumnos a este sistema, sean imposibles de modificar, pues todos los nodos conectados tienen que validar cada movimiento.

A su vez, los padres también podrían acceder a la información de las notas de sus hijos y conocerlas de primera mano. Así que más les vale a los niños que estudien y se esfuercen, y dejen de trampear.

  • Validar credenciales: a la hora de contratar profesores u otros profesionales relacionados con la educación, muchas veces surgen dudas de la veracidad de su currículum, por ejemplo. Para estos casos, existen hoy en día sitios web como BlockTack, los cuales facilitan la integración de los certificados de formación de los profesionales a una Blockchain, con lo cual toda la información que se muestra es 100% fiable, por la característica de verificación mundial.
  • Archivos inhackeables: el hacking en la actualidad (alteración de información digital de la mano de un agente externo al sistema) está en boga, principalmente porque toda la información mundial, tanto relevante como no, está en Internet. Esto hace que haya personas con intereses malintencionados, dispuestas a robar información o alterarla, haciendo que todos sintamos la necesidad de manejarnos en un entorno seguro. El Blockchain en educación, en este caso, estaría en integrar los archivos y su contenido a un sistema de bloques, en los cuales la información pueda mantenerse en un entorno seguro, pues es encriptada: nadie sabe de quién es la información, ni qué contiene la misma.
  • Pagos rápidos y seguros de matrículas universitarias: principalmente por la falta de intermediación. Mediante los Smart Contracts (contratos inteligentes, que son programas que se encargan de ejecutar determinadas acciones condicionadas a unos resultados concretos), las insitituciones educativas pueden gestionar las matrículas de los alumnos, haciendo que si un alumno no paga una mensualidad, por ejemplo, el sistema automáticamente ejecuta unas consecuencias preestablecidas.

Así pues, también podría aplicarse a los estudios de un alumno: esta tecnología no pondría muchas pegas si el primero desea cambiar de estudios o de asignaturas, solamente habría que integrar esa nueva información en el sistema de bloques, haciendo que la transmisión de información sea muy rápida.

  • Sistema de votación: aunque haya mucha gente que no se tome muy en serio el papel de delegado de clase en un colegio, el sistema de bloques podría realizar un buen trabajo en este aspecto, garantizando que cada estudiante pudiese ejercer su derecho de voto por Internet de una forma rápida y segura. El voto sería anónimo, y se uniría una cadena de bloques creada al efecto.

Esta idea podría extrapolarse, así mismo, al sistema de voto nacional, incluso. Todo depende del ánimo y la voluntad.

  • Transmisión de la información entre centros educativos: a nivel administrativo, los documentos escolares, diplomas, orientaciones, exámenes y certificados, consumen mucho tiempo que podría dedicarse a otras labores. El Blockchain en educación permitiría crear una cadena de bloques de este tipo de información, a la cual podría conectarse todos los centros educativos de una comunidad autónoma, por ejemplo, haciendo que todos los centros tengan acceso a información relevante y práctica en cuestión de minutos.

Conclusión: el Blockchain es todo un mundo nuevo por descubrir

En efecto: aún está brotando sutilmente la semilla plantada hace ya 10 años por el señor Nakamoto, creándose después multitud de sistemas y criptomonedas con esta misma idea (Ethereum, Litecoin, Monero...), aunque algunas de estas criptodivisas no nacieron con el ánimo de funcionar como medio de cambio, sino con otros fines, como el de crear Smart Contracts, que explicamos anteriormente.

Para acabar, queremos añadir desde ConEduka que la innovación educativa pasa también por la integración de métodos tan revolucionarios como el Blockchain en educación, pues el sistema educativo necesita una regeneración urgente, en método de enseñanza y el modo de funcionar.

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